_lleom_ en RegistroMx

Reproducimos a continuación la entrevista que Isaura Leonardo le hizo a Roberto Cruz Arzabal, integrante de lleom, para la revista electrónica Registro Mx. Agradecemos a Registro Mx y a Isaura Leonardo el interés en el laboratorio y sus actividades.

Isaura Leonardo.- Gracias, Roberto. ¿Qué es Laboratorio de literaturas extendidas y otras materialidades? ¿Qué impulso los juntó y los hizo constituirlo?

Roberto Cruz Arzabal.- Es una organización independiente que pretende acercarse crítica y teóricamente a diversos fenómenos artísticos y sociales que tienen una relación con la literatura y sus ocurrencias materiales. Nos interesan los fenómenos que pueden desplazar o mover a la literatura de su lugar tradicional mediante la convergencia o la divergencia con otros medios y disciplinas artísticas, así como las prácticas materiales que sustentan y condicionan estos fenómenos (instituciones, soportes, modos de producción y recepción). Además, nos interesa organizar encuentros y conversaciones entre críticos, artistas e instituciones de diferentes disciplinas para generar un reconocimiento mutuo y una ampliación y enriquecimiento de éstas.

El impulso original surgió a partir de una inquietud que Susana González Aktories ―uno de nuestros miembros fundadores y maestra del resto― notó en nosotros y en nuestros intereses teóricos y críticos. Los integrantes del núcleo principal del laboratorio estamos vinculados en mayor o menor medida con la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y los estudios literarios; al mismo tiempo, todos sentimos la necesidad de ampliar nuestros horizontes de experiencias estéticas, así como de la propia disciplina, por lo que reunirnos para trabajar en objetivos comunes no fue un movimiento artificial ni difícil.

Esta pertenencia a una disciplina nos ha permitido aglutinar métodos de análisis y conversaciones, aunque en realidad es un disparador puesto que cada uno de nosotros tiene intereses y formaciones particulares. Susana González Aktories es una reconocida especialista en teoría intermedial y en semiología musical; María Andrea Giovine ha trabajado con un énfasis teórico innovador los problemas de lo que llama poesía perceptual y que extiende coherentemente los límites de la poesía verbal; Ana Cecilia Medina está interesada en la poesía sonora y organiza en la Fonoteca paseos de escucha, lo que la sensibiliza para manifestaciones de arte sonoro sin dejar de lado la experiencia verbal; Cynthia Fernández Trejo es especialista en libros de artista, lo que permite identificar los tránsitos entre artes visuales y literatura; Yoshiro Tanaka se interesa en los límites entre poesía y oralización; Cinthya García Leyva se ha enfocado en los fenómenos de post-internet, además de combinarlo con su conocimiento musical y de poéticas experimentales recientes; por mi parte, mi interés en la teoría poética y en el campo de la poesía mexicana contemporánea me permite volver de las exploraciones intermediales hacia la materialidad de lo verbal.

IL.- ¿Esta deriva de la práctica literaria sigue siendo una experimentación en el territorio del arte y la cultura o ya hay que actualizar los conceptos y verla como un ejercicio presente y pleno? ¿Ante qué estamos?

RCA.- Ni las prácticas experimentales ni la reflexión sobre éstas y sus materialidades son algo enteramente nuevo; sin embargo, tampoco forman parte de la línea central de muchas de las disciplinas que las ejercen y menos de las que las estudian. Aunque en un sentido lato la innovación es parte de la evolución de muchas de las tradiciones artísticas occidentales durante la Modernidad, el experimentalismo en un sentido estricto puede datarse hacia las primeras vanguardias históricas, las cuales hallan claros antecedentes en decenios anteriores y tienen un reforzamiento de sentido y ejercicio hacia mediados de los años sesenta, gracias a lo cual el experimentalismo sigue siendo una etiqueta de uso fácil y amplio, con un capital simbólico estable.

Lo anterior se traduce en una paradoja inquietante: aunque las derivas reconocidas actualmente como experimentales o radicales no son por entero nuevas (aunque sí puedan serlo los soportes, los medios o los lenguajes), su evaluación crítica no suele ir más allá de la novedad o la ruptura de la obra, por lo que se dejan de lado elementos contextuales y formales que enriquecerían las lecturas posibles. Estamos en un momento en el que las prácticas artísticas extienden sus límites y cuestionan sus tradiciones de manera continua mediante el cruce y el aprendizaje de medios y lenguajes distintos; sin que necesariamente podamos hablar de una “tradición de la ruptura” (que implicaría una continuidad lineal inexistente), sí podemos entender el momento de producción artística actual como una concentración de experiencias y tradiciones simultáneas. En este sentido, creo que no podemos deshacernos de la noción de innovación para evaluar ciertas poéticas; sin embargo, sí creo que debemos tener herramientas de crítica y análisis que se adapten a las obras y procesos.

IL.- ¿Podemos hablar de innovación (con su espectro semántico tecnológico) en la literatura?

RCA.- Por supuesto. La innovación (entendida como voluntad y mecanismos para modificar lo conocido) es uno de los principios que instituyeron las vanguardias históricas y surgió de modo muy interesante en la literatura. Frecuentemente se dice, no sin razón, que la literatura es una de las disciplinas más lejanas de la innovación tecnológica y los cambios que esto supone para su ejercicio, aunque también es cierto que muchas veces las innovaciones se pierden de vista debido a que la crítica no ha sabido poner atención en ellas o ha usado herramientas poco adecuadas para estudiarlas. Durante los últimos años, los cambios son cada vez más evidentes, por lo que resulta difícil negar su importancia; sin embargo, nos encontramos con dos posturas en apariencia opuestas: la celebración acrítica de lo tecnológico y lo nuevo por sí mismo, o el rechazo tajante de ello por las mismas razones. Tenemos que comprender el valor de la innovación tecnológica en las prácticas de lectura y escritura, pero para hacerlo debemos también innovar (en el sentido de transformar, sin escala de valor) las herramientas de la crítica.

IL.- ¿Hacia dónde apunta lleom? ¿Cuál es la proyección y la incidencia que buscan y entre qué sector?

RCA.- Dado que los integrantes del núcleo principal del laboratorio estamos formados en los estudios literarios pero nos interesan las prácticas artísticas híbridas e intermediales, creemos que podemos ser un elemento de comunicación entre estos dos sectores, de suyo complejos y diversos. Más que pensar en incidir en un sector o un campo definido, nos gusta generar actividades y crítica que pueda poner a dialogar individuos, colectivos e instituciones, ya sea porque propiciamos el diálogo entre artistas y críticos, ya porque pensamos las obras y los procesos desde las herramientas y teorías de los estudios literarios, sin dejar de lado la especificidad formal y teórica de las obras. Pretendemos que nuestra página sea un espacio de concentración y provocación. Esperamos convertirnos en un punto de referencia para transitar entre disciplinas, prácticas y modos de crítica.

IL.- ¿Será posible crear comunidad en torno a estas prácticas y “alcanzar” a las otras disciplinas que tienen más tiempo barajando estas cartas? ¿O será una cosa de trabajos individuales?

RCA.- En lleom creemos que la colaboración no es sólo el modo de alcanzar a las disciplinas que, como bien dices, llevan más tiempo acostumbradas a lidiar con lo híbrido, sino que es una exigencia dentro de un medio cada vez más especializado y cuyas dinámicas parecen dejar poco espacio para la colaboración. Nos pensamos como laboratorio porque en la palabra se reúnen varias condiciones que creemos necesarias para realizar una labor crítica sólida y sugerente: colaboración, experimentación, apertura, horizontalidad, trabajo intelectual y trabajo material. La cita que abre nuestra presentación como laboratorio (“turbulence or incoherence at the inner and outer boundaries of disciplines” de W. J. T. Mitchell) define de modo claro nuestra perspectiva crítica: antes que la competencia disciplinar, nos interesa el movimiento y la turbulencia del encuentro entre modos de hacer y modos de pensar.

Como te comentaba en otra pregunta, nos pensamos como un puente no sólo entre obras, sino entre disciplinas; no creemos que sólo debamos aprender de los términos y métodos de otros, sino también colaborar desde nuestros métodos y términos para comprender los fenómenos que usualmente se analizan en otras ramas del conocimiento. Nos interesan las obras híbridas y las reflexiones interdisciplinarias porque nos obligan a cuestionarnos desde distintas perspectivas materiales e inmateriales, lo que a su vez nos obliga a conocer el trabajo de colegas y creadores con los que podamos colaborar. Esto ha sido una constante desde los primeros invitados con los que hemos podido trabajar y que han generado relatorías que no sólo resumen las actividades, sino que nos obligan a pensar nuestros límites teóricos: Eugenio Tisselli es uno de los pioneros en el arte electrónico en México; Verónica Gerber es una joven artista visual y escritora que ha sido reconocida en ambos campos, mismos que ha sabido combinar de un modo sugerente y no menos riguroso; Ana Elena González es una especialista que sabe moverse entre el mundo isabelino y las experiencias intermediales con una libertad envidiable en la academia actual; Ximena Pérez Grobet es una artista visual dedicada a los libros de artista que también ha reflexionado al respecto desde la teoría y la crítica; Mónica Nepote es una editora de referencia en la literatura mexicana, aparejada a una labor poética breve que busca extender con rigor los límites de lo verbal al cuerpo; Belén Gache es una artista argentina-española que, además de ser reconocida por el rigor e imaginación de su arte en red, ha incursionado con buena fortuna en el ensayo sobre soportes de escritura.

IL.- Para dejarte en paz, ¿qué bibliografía, sitios, autores nos recomiendas para comenzar a entender estos temas, además de seguir las actividades de lleom?

RCA.- Entre los espacios y autores a los que recurrimos para mantenernos al tanto, puedo recomendar a W.J.T. Mitchell, por supuesto, a Claus Clüver, Lev Manovich, Eugenio Tisselli, Kenneth Goldsmith, Germán Sierra, Vicente Luis Mora, Cristina Rivera Garza, Alessandro Ludovico o Ernesto Priego. Entre las instituciones que conviene seguir para estar al tanto, está el Centro de Cultura Digital, el Centro Cultural de España en México, el Museo Universitario del Chopo y el Seminario de humanidades digitales de la UNAM, la revista La tempestad, sitios electrónicos como new aestheticUbuWeb, Monoskop. Basta sumergirse con gozo y tiempo en el hashtag #bibliotuit para encontrar información muy valiosa.

Texto originalmente publicado en RegistroMx. Literatura. Arte. Pensamiento

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